La ardilla celular usa lenguaje corporal para
comunicarse. |
Hay
pocas cosas más invasivas que el sonido de un teléfono móvil.
Pese a la existencia de contestadoras telefónicas y mensajes de
voz, es casi imposible ignorar el sonido de una llamada.
Ya sea que estemos en medio de una conversación privada, superaos
de trabajo o simplemente sin ganas de contestar, el teléfono no para
de sonar.
El estudiante de la universidad estadounidense MIT, Stefan Marti,
podría tener la solución a este problema: tire el móvil a la basura
y consígase una ardilla.
Sí, una ardilla de escritorio animatronica que toma sus llamadas
telefónicas, evalúa su importancia y recibe mensajes.
Cuando quiere alertar a su dueño, se mueve en vez de emitir
sonido. Y es ridículamente linda.
Inteligencia emocional
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Nuestro espacio social está cambiando
continuamente, pero nuestros mecanismos de comunicación móvil
no se adaptan
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El
prototipo de ardilla funciona comunicándose con un computador, razón
por la cual debe estar en un sitio particular, pero no hay razón
para que en el futuro se convierta en un dispositivo que quepa en un
teléfono móvil.
En sus encarnaciones previas, el artículo ha tenido la forma de
conejo o loro, porque la idea de los fabricantes es que los usuarios
se sientan felices de hablar con estos animales.
El principio clave tras la "ardilla celular", es que las máquinas
podrían mostrar lo que los sicólogos llaman inteligencia emocional o
social.
En otras palabras, un computador debería ser capaz de comunicar
información de un modo que considere el ambiente social donde se
encuentra.
"Nuestro espacio social está cambiando continuamente, pero
nuestros mecanismos de comunicación móvil no se adaptan", dijo Marti
a la BBC.
Estrés
En términos generales, la tecnología cada día es más exigente y
se aprovecha más de nuestra dependencia en ella.
En una computadora personal, si un programa quiere atraer nuestra
atención, aparece en la pantalla una luz intermitente que nos llama
sin cesar hasta que la miremos. La televisión digital insiste
constantemente en que apretemos el botón rojo.
El resultado es más estrés, menos paciencia, rabia y hasta
resentimiento contra las máquinas que utilizamos diariamente.
En teoría, la tecnología está ahí para hacernos la vida más
fácil, rápida y sabia. Y a pesar de que el poder de la tecnología ha
aumentado, la manera en la que se ha adaptado a nuestras vidas casi
no ha cambiado.
Marti cree que en el futuro, la relación se equilibrará y
empezaremos a interactuar con los aparatos de la misma forma en la
que lo hacemos entre nosotros.
Para conseguirlo, la tecnología tiene que "entender mejor cómo
interactúan los humanos, qué quieren y, eventualmente, qué significa
ser humano".
"Eso incluye nuestro contexto inmediato, ideas, objetivos, pero
también nuestra ética y moral".
Interacción sensible
El uso de celulares es una constante fuente de
estrés. |
Según
Marti, tarde o temprano, la tecnología o desaparecerá completamente
de nuestras vidas, o será tan compleja que la única interacción
posible será a través de dispositivos como la ardilla celular.
Pero todavía hay desarrollos tecnológicos que no necesitan ser
mejorados, como el ascensor que funcionan con simples botones, a
pesar de que desde hace tiempo existe la posibilidad de que los
aparatos reconozcan órdenes verbales.
El investigador dice que es posible actualmente hacer que el
elevador se comporte de un modo socialmente inteligente, como que
pare en el piso habitual de cada pasajero o que vaya más rápido en
caso de emergencia.
"Pero a veces, es mejor apretar un botón para iniciar un
procedimiento, en vez de enredarse en una discusión filosófica con
un ascensor sabelotodo sobre qué es lo más importante según el
contexto y las necesidades".